Jjimjilbang: qué es, cómo es y qué esperar


En febrero del 2019 visité las capitales de Japón y Corea. Si siguen nuestro Instagram desde esa fecha saben que fue un viaje ultra documentado ya que quería mostrar los aspectos más importantes de ambos países como la comida, arquitectura, lugares icónicos, cultura, etc. Pero refiriéndome específicamente a esto último, hubo algo que no conté nunca porque no tengo ninguna foto del lugar, ni del frontis y mucho menos del interior. Así que todas las imágenes que ponga aquí serán absolutamente referenciales y sacadas de Google.

Se trata de la experiencia totalmente coreana de visitar un jjimjilbang (찜질방): sauna o baño público, donde la gente puede darse baños en piscinas calientes y frías, limpiar el cuerpo con masajes exfoliantes, usar instalaciones especiales para la relajación y sanación del cuerpo, comer e incluso pasar la noche.

En verdad, fue algo muy divertido y lleno de choques culturales. Primero que todo, lo teníamos anotadísimo desde un comienzo con mi amiga Maite. Así que buscamos la mejor opción dentro de la ciudad y encontramos "Siloam" cerca de la estación de metro Seoul. Lo que sabíamos de los jjimjilbang era que uno comía huevo duro cocido en soja, usaba estas piscinas tipo jacuzzi y que la gente se ponía la toalla en la cabeza con las dos pelotitas a los lados, tipo princesa Leia. Y sería. Preguntamos a una amiga coreana si necesitábamos llevar algo y nos dijo que nada, que allá te entregan todo lo que necesitas. Ya po', suficiente research para este ítem dentro del viaje.

                                             

Llegó el día en el que teníamos programado ir. Pásamos el día caminando por aquí y por allá, nuestras patitas ya no daban más así que alrededor de las 5pm llegamos a Siloam. Pagamos en la entrada 11,000 won ($7,200 CLP) que es la tarifa para ese horario hasta las 8pm; después de eso hasta las 5am son 17,000 won. Los zapatos se dejan en los lockers en la entrada los que cuentan con llave. En la recepción entregamos esta llave, la señora la guarda en un espacio con un número y te entrega una polera, un short y una pulserita tipo collet de plástico con una llave. Aquí también venden productos de limpieza corporal pero como nos dijeron que te pasan de todo ni siquiera los miramos. La llave que les mencioné es para los casilleros que están en la parte de mujeres, ya que todos los saunas están divididos para hombres y mujeres (esto es sólo para la parte de baño, el resto de las instalaciones son mixtas). Y AQUÍ Y ES DONDE SE PONE BUENA LA COSA.



Existe el dicho "donde fueres has lo que vieres". Y aquí lo aplicamos (aunque igual fallamos).
Caminamos buscando casilleros y elegimos dos que estaban bien lejos del resto de la gente, porque obvio, no queríamos que nos vieran haciendo cosas que quizás estaban mal (little did we know...). Cerca de nosotras habían dos chiquillas que se estaban sacando la ropa, quedándose sólo en ropa interior y poniéndose el short y la polera que nos pasaron en la recepción. Eran asiáticas y asumimos que eran coreanas y que sabían lo que hacían, así que empezamos lentamente a sacarnos la parkas, el sweater... pero de pronto se acerca una señora (asiática también) ¡y les empieza a hablar en japonés! Las chiquillas escucharon y empezaron a sacarse todo, TODO. 

Ahí cachamos que más allá habían más señoras y estaban desnudas. Me asomé por el pasillo de al lado para ver que onda las demás personas (porque no podíamos creer que había que sacarse todo) y a lo lejos veo un potito arrugadito de una viejecita y ahí ya caí: "Maite, es en pelota. Tenemos que entrar piluchas". Las amigas japonesas ya habían guardado todo y solo se llevaron la ropa del sauna en las manos.Y na' po'. Nos sacamos toda la ropa, la guardamos en los casilleros y tapándonos un poquito por delante y con el potito pelao' nos fuimos hacia la zona del agua.

Ahí nos recibió otra señora quien nos miró, nos tomó el pijama y lo dejó encima de un mueble, algo dijo en coreano... silencio... nos pasó unas toallas pequeñas y nos indicó que fuéramos a la zona de duchas. Estas están dispuestas de a cuatro formado un círculo, y eran muchísimas. Miramos alrededor y las mujeres tenían sus propias cestas con shampoo, jabón, mascarillas, entre otras cositas. Me acordé de mi amiga porque nos dijo que te daban de todo allá y bueno, no es así. Ahí llegó la señora de nuevo y nos pasó de esos paños de exfoliación y nos dijo que nos pusiéramos el colet/llavero en el pie y que usáramos el jabón en barra que estaba ahí. Y no nos quedó otra, si no llevamos nada. También me ayudo a ponerme la toalla pequeña en la cabeza para no mojarme el pelo (porque cachó que obviamente no lo íbamos a lavar). Desde esa zona se podía ver una habitación con unas camillas donde dos señoras en ropa interior estaban exfoliando a otras, en ese proceso que personalmente lo encuentro súper brusco pero a los coreanos les encanta y que por eso ni pensé en probar. (AQUÍ les dejo un video por si no saben que de hablo)

Después de la ducha fuimos a la zona de piscinas calientes, que básicamente son jacuzzis con agua a diferentes temperaturas (partiendo de los 39°C hasta los 43°C) y en diferentes densidades, por lo que brindan diferentes beneficios a la piel, huesos, sistemas internos, etc. ¿Mencioné que estábamos desnudas junto a otras 20 mujeres asiáticas? Porque es importante pensar en esto ya que el pudor al cuerpo piluchito es grande, pero había que olvidarse de eso en ese momento y enfocarse en cachar que chucha hacer porque no había un alma que hablara inglés (mucho menos español) en ese lugar.

Ya po', la cosa es que el siguiente problema era que había una señora en la primera tina que llevaba mucho rato y no salía nunca, y no sabíamos si nos podíamos meter si ella ya estaba ahí. Después de hablarlo brevemente con la Maite llegamos a la conclusión de que sí, si son baños públicos y ya estábamos todas en pelota que más daba. Así que nos metimos no más y la señora ni nos miró, así que bien, le achuntamos. El agua de esta tina tenía la temperatura más baja dentro de las calientes (pero ojo, igual eran 39°C) y oh Dios mío. El calor del agua hizo que todos los nervios del pie que metí se sacudieran y sintiera algo así como una corriente eléctrica. Lo mismo con el pie que metí luego y así con el resto del cuerpo. 
Es importante comentar que llevábamos por lo menos 6 días caminando como 20km diarios y en mi caso los bototos Timberland me hicieron mierda las patitas (¿cómo baila JungKookie con esos zapatos?) así que entendía la sensación rara. Al cabo de 10 minutos en la tina mi cuerpo ya se sentía mucho más relajado y pasamos a la siguiente tina que estaba 2° grados más caliente pero esa mínima diferencia ¡se siente! 

Estábamos con el agua hasta el cuello (literalmente) cuando llegó una señora (mucho mayor que la otra) con estas copitas que succionan la piel y sirven para la circulación. Tenía 6 dispuestas en su guata, así como una en cada caluga. Nos miró, nos saludó y se sentó en el agüita junto a nosotras. Con la Maite ya llevábamos una semana por lo menos en Asía (2 días en Tokyo y el resto en Seoul) y honestamente, sabíamos que nadie nos iba a meter conversa. Pero esta amable ajumma nos empezó a hablar en coreano y nosotras sabemos con suerte lo básico que una aprende en los doramas y viendo los programas de BTS. Pero bueno, Dios es grande y entendimos que nos preguntó de que país eramos y en verdad no recuerdo que más, porque tuve un encuentro cercano con ella que hasta el día recuerdo y ocupa más lugar que el resto de las interacciones. Resulta que entre conversa y conversa (ya, seamos dignos y digamos conversa), la toalla del pelo se me empezó a caer y la intenté arreglar pero no me resultaba porque la lesera era demasiado pequeña. La ajumma se paró y se puso al frente mío y me la empezó a acomodar, pero tuve la mala idea de levantar la vista y aún veo sus pechugotas en mi cara junto a los 6 vasitos en su estómago. Nada traumante, pero DEMASIADO cerca.



Luego de esto nos indicó que nos metiéramos a la piscina grande de agua helada y después a la tina más caliente de todas, así 4 veces. Ahí la ajumma se despidió de nosotras porque iba al sauna. Así que obvio que hicimos caso y nos tiramos un chapuzón heladísimo para luego volver a la tina caliente y oh Dios mío ¡cosa más rica!. Los beneficios que esto trae son muchos, incluyendo mejor circulación sanguínea, relajación muscular y articular y tonificación de la piel. 

Otra cosa interesante que pueden encontrar en las instalaciones son unos chorros con gran presión, y aquí pueden encontrar dos: uno en la piscina de agua helada (que era el más pesado) y otro en un cubículo con un banquito para sentarse y "relajarse". Recordemos que los asiáticos aman los masajes 
"bruscos" y darse golpecitos en las piernas o espalda, cosa que realmente sientan los músculos volver a una posición relajada. Por esto asumo que estos chorros tienen como función producir la misma sensación en el cuerpo, pero ya como una hidroterapia, y honestamente se sentía muy rico aunque no lo encontré relajante. 

La siguiente parada fue el sauna. Habían dos salas, en la primera no había nadie así que nos metimos ahí pero estaba MUY caliente y no aguantamos ni 5 minutos. Así que obligadas a entrar a la otra, donde habían por lo menos 10 señoras. Ahora, la amiga coreana en Chile nos dijo que las coreanas tienen mucho orgullo de tener pelo... ahí abajo, así que no es común que se depilen el choriflai y que probablemente nos iban a mirar raro (porque nosotras si lo hacemos). Así que cuando entramos nos miraron de pies a cabeza con especial énfasis donde comienzan las piernas e hicieron un sonido así como "uhh" (con entonación hacia arriba) y esto no podría haber sido más incómodo porque además no había espacio en las banquitas y habían varias señoras sentadas en el piso.  



Grande fue la sorpresa cuando nos indicaron que entráramos igual. Nos hicieron un espacio en una de las bancas, me senté ahí y la Maite se sentó al lado mio en el suelo. Nos empezaron a hacer preguntas y no entendimos pero NADA, pero una de las mujeres ahí era la hija de la señora de las bubis y les contó que eramos de Chile. Ahí empezaron a nombrarnos cosas chilenas que conocían y de nuevo no cachamos nada, pero una de las señoras dijo "wine!" y nosotras como "oh, yeah! It's so good!" pero claramente el coreano hallyu no nos sirvió en esta situación. Después buscamos por la pronunciación las cosas que nos mencionaron y eran uvas y miel. Así que ahora sabemos que Chile es conocido allá por el vino, las uvas y la miel.

Otra cosa divertida fue que en el centro de la habitación había un recipiente con una sal exfoliante y agarre un poquito y me la pasé por el brazo. Yo soy super sensible y como que todo me duele y me deja moretones y la señora que estaba a mi lado agarro un poco de sal y me la empezó a refregar vigorosamente por toda la espalda. Tenía tantas ganas de reírme de dolor y por la situación extraña que estaba viviendo pero obvio que me aguante todas las emociones y sensaciones y me enfoque en nunca olvidar ese momento de sororidad con una señora que jamás había visto, que no habla el mismo idioma que yo y que estaba desnuda exfoliandome la espalda. Me indicó que le hiciera lo mismo a la Maite y obvio que a la ajumma se le obedece. 

¿Les mencioné que nos dijeron que eramos lindas? ¿Que teníamos linda forma de rostro? Si se que no, pero quiero creerme la muerte un rato. Con eso me doy por pagada porque si hay algo las ajummas no son es mentirosas.



Luego de todo esto, les dijimos annyeong a las tías y nos fuimos al agüita un ratito más. Como no se puede entrar con celular ni tampoco hay reloj en este lugar, asumimos que ya era hora de conocer el resto del lugar (y porque tampoco queríamos pagar más dinero, recuerden que a las 8pm sube la tarifa). Así que volvimos donde la ajumma que nos guardó los pijamas y ahí te pasan toallas, tónico y cremas para el cuerpo. Nos secamos, nos embetunamos de pies a cabeza con el skincare proporcionado y nos pusimos el pijama. La maite se secó el pelo con el secador que también te pasan y nos fuimos a explorar el resto de los pisos. En total Siloam tiene 5 pisos y en ellos podemos encontrar habitaciones compuestas por materiales beneficiosos para el cuerpo como el jade, el carbón y maderas especiales calientes; otras habitaciones proporcionan elementos como oxigeno, temperaturas altísimas y bajas. Todo esto pensando en el bienestar del cuerpo y para mejorar su funcionamiento. Probamos la gran mayoría de estos lugares pero hay que tener ojo, porque a los coreanos les encantan las cosas calientes y de varios cuartos salimos adoloridas por las mini quemaduras. Además, algunas habitaciones tenían unas pelotitas que al pisarlas moría del dolor de pies y quería salir gateando de ahí pero dignidad. Donde más duramos fue en una donde había aire acondicionado en 17°C grados y estaba tan agradable ahí que creo haber dormitado por unos 10 minutos.

El único espacio del que no les voy a poder contar será del casino porque no comimos ahí, así que no probamos los huevos duros cocidos en soja que es tan típico cuando se visita un jjimjilbang. ¡Para la próxima será!

Después de pasearnos de cuarto en cuarto y probar casi todo lo que el sauna tenía para ofrecer nos fuimos a los casilleros para vestirnos. Te puedes vestir ahí mismo o puedes ir al baño, pero a esa altura ya te da lo mismo que alguien te vea en pelota. Cuando estás listo dejas el short y la polera en el cesto de pijamas usados y vuelves a la recepción para devolver la llave. Te pasan la llave del locker de zapatos y ya está.  De vuelta a la realidad.

Al salir llamé inmediatamente a mi amiga coreana en Chile y le dije que estaba completamente equivocada sobre que no se necesita nada para ir al sauna. Y claro que no necesitó llevar nada si me hablaba desde su experiencia cuando tenía 7 años y fue con su mamá y sus tías.

Pero ustedes ya lo saben, si van a un jjimjilbang en Corea sólo necesitan su shampoo favorito, jaboncito, quizás una mascarilla de arcilla y mucha perso. Sobre todo eso.




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