De la carreta al metro
#1 Andando en metro, sobre todo en horario punta la definición de espacio personal no existe. Probablemente todos
estén tan incómodos como tú en la situación, y probablemente todos estén tan
preocupados como tú de llegar a la hora debida. Entre la falta de aire y
comodidad, se produce un fenómeno nombrado [por mi] cara de metro, que consiste
en algo así como en una cara de nada mezclada con cara de acabo de levantarme o
acabo de terminar un largo día de estudio/trabajo. He ahí la razón por la que
nadie sonríe.
#3 Si están avisando del cerrado de puertas y tú
estás bajando las escaleras, NO CORRAS! ¿Por qué? Primero, porque bajar escaleras
corriendo es peligroso. La gente se puede tropezar o caer [yo he comprado un
par de estaciones ya] y las consecuencias de eso son más que otros tres mins de
espera. Además, probablemente vas a chocar con la mitad de las personas que van
bajando y gracias a eso no alcanzarás a llegar, viendo cómo se cierran las puertas
en tu cara y cómo dejaste la dignidad en el camino.
#4 Es una buena idea tener algo para distraerte en el trayecto, no sólo porque es prácticamente tiempo muerto, sino que a veces pareciera que es imposible dejar de escuchar una conversación por muy alejada de tus intereses que esté o por muy desagradable que sea. Música, audífonos y libros son una muy buena opción.
Hay muchas cosas puntuales que quizás parecen desagradables para distintos tipos de personas, yo, por ejemplo, aparentemente tengo el don de subirme en el vagón de metro donde viene el o los chiquillos rapeando y como no es mi gusto, me molesta aún más. Pero cada loco con su tema y mientras yo pueda hacer desaparecer el audio externo con el volumen de la música, me da lo mismo. [Aunque una vez me pidieron una palabra, y estaba tan enojada que le dije algo como silencio o dolor de cabeza, soy muy ruda, lo sé] Cuidado con el cierre de puertas, caminen por detrás de la línea amarilla y no se sienten en el piso del vagón ;)
Comentarios
Publicar un comentario