La verdad de la ropa en invierno

Si bien la gente dice que yo soy del sur, y muchas personas dicen que mi ciudad es bastante helada, yo jamás me hice a prueba del frío y soy lo más friolenta que hay. Literalmente duermo con sábanas de polar, frazadas de polar, pijama de polar, calcetines de polar (sobre los calcetines normales) y si hace mucho frío, me envuelvo en una mantita de polar bajo las sábanas. Y eso acá en Santiago.
Si bien pasé la mayor parte de la temporada fría encerrada en mi casa en Curicó, sin maquillaje, con ropa oversized, leyendo al lado de la estufa (eléctrica, no contaminen el aire amigos), volvimos y aquí seguía haciendo frío. Así que no queda de otra que armarse de todo el valor posible y salir lo más digna y decente posible a la universidad, pero sin morirse de frío.
Siempre se puede más, Joey.
Ahora, generalmente tenemos dos opciones para capear el frío: usar ropa muy muy gruesa como la capa de ropa externa (dícese de chaqueta, abrigo, casaca, chaleco grueso, etc.) o, en su defecto, ponerse capas y capas de ropa para crear el mismo efecto. Como el clima de Santiago (y en verdad de Chile en general) es temperamental,usualmente cuando salgo en la mañana tipo 8, hace un frío que te cala los huesos. Pero al medio día, terminas con el abrigo, chaleco, y bufanda en la mano, y tienes que andar sólo con polera y algún chaleco delgado porque nos derretimos (esto se aplica también para los cambios de estación con cambios así de abruptos). Entonces, no queda de otra que usar capas de ropa, así te vas sacando gradualmente lo que necesites, dependiendo de la temperatura durante el día.
Pero hablemos realmente de la parte desagradable de esto. Una cosa es tener que cargar con la ropa gruesa todo el día en la mano, pero creo que lo peor de todo es cuando nos referimos a las capas internas (o sea, lo que pones directo contra tu piel). SE HAN DADO CUENTA LO QUE SE DEMORA UNO EN PONERSE CALZAS DE POLAR DEBAJO DE LOS JEANS Y CALZAS. Es que es horrible. En mi caso personal, soy caderona y tengo las piernas musculosas, por lo que ya es complicado ponerse las cuestiones directo contra la piel; ponérselos con las calzas abajo es un reto (y no, no me voy a comprar pantalones más anchos que mi talla ni tampoco voy a dejar de usar skinny jeans). Sobre todo en las mañanas, donde uno está medio dormida e intenta meter las dos piernas en la misma pata del pantalón, y te quedas atascada y después hay que sacarse todo y empezar de nuevo (esto no necesariamente está basado en hechos reales. O puede que sí, no me juzguen).
Y eso es en cuanto a vestirse en la mañana, pero obvio que si estamos todo el día afuera, en algún momento de la vida hay que ir al baño. Y siendo mujer, eso de por sí involucra bastante tiempo (revisar que el baño esté lo suficientemente higiénico como para entrar, limpiar el baño en sí casi que con cloro y más encima hacer equilibrio después, siempre evitando el peligro de contraer alguna enfermedad o infección extraña en ese baño público); ahora, si a todo esto le sumamos que llevas 20 kilos de ropa en la mano, tu cartera/mochila (casi siempre los ganchitos para colgar las cosas han pasado a mejor vida en los baños públicos), sacarte las capas de ropa para poder realmente orinar, y después de, volver a acomodar todas las capas de ropa en el mismo orden, para que no se vea algún bulto extraño en el parte donde la camiseta y las calzas se topan debajo de los pantalones. Y después preguntan por qué las mujeres vamos juntas al baño. Sin embargo, siempre habrá un momento donde tendrás que ir sin que haya alguna amiga con quien dejar los 20 kilos de ropa y la cartera/mochila, y te encontrarás indefensa contra ese baño público, que más encima debe estar más helado que saludo de ex en estas mañanas.
Si lograste volver victoriosa a tu casa, sin perder la dignidad en el intento (no te vamos a juzgar si no lo logras), vendrá ese glorioso momento donde te puedes empezar a desvestir y tirar las capas y capas de ropa, para ponerte tu pijama ancho y pantuflas. Pero no olvides que debes tomar toda esa ropa y dejarla lista para el otro día, porque cuando despiertes, tendrás que armarte de nuevo cual caballero se prepara para ir a las cruzadas. Pero no te preocupes, esto durará sólo unas semanas más. En un tiempo más, estarás deseando volver a este frío calador de huesos, porque no podrás respirar con el aire caliente del verano y tendrás que evitar usar mucho maquillaje, porque tu cara se derretirá con el calor. Pero, hey, ¡siempre digna!, y cuando la dignidad ya no importe, siempre puedes ir como te venga en gana, porque con estas temperaturas extremas, nadie te va a juzgar. Por mientras, anda preparando lo que te vas a poner mañana, que van a haber como 21° de oscilación térmica, y si en la mañana pareces pingüino, en la tarde querrás usar bikini.

Cuéntanos en los comentarios qué usas tú, ¿chaquetas gruesas o capas de ropa?

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