Recorriendo Santiago: Patio Bellavista y Lastarria

Ayer fue nuestro primer último día de clases (de la licenciatura, es nuestro último semestre), así que luego de nuestra clase partimos a recorrer los barrios de Santiago de los que tanto nos habían hablado. Recorrimos el Barrio Italia, el Patio Bellavista (el barrio Bellavista en todo su esplendor ya lo conocíamos, por eso lo dejamos para hablarles de eso en otra ocasión) y el Barrio Lastarria, para luego terminar en la Plaza de Armas. Como podrán imaginar, dejamos los pies en la calle caminando. Este post en particular se va a centrar en la parte del paseo que más disfrutamos: la comida.
En general tenemos muchos problemas encontrando algo que valga la pena para comer en la comida rápida de Santiago en relación precio/calidad. Además de los típicos locales de grandes cadenas de comida rápida que hay en todas partes del mundo, es una cosa más bien de arriesgarse a que te toque un restaurant bueno o que al menos valga la pena. Así que ayer nos arriesgamos y decidimos salir de lo común, no ir directo a un mall a comer lo primero que pilláramos y probar lugares nuevos. Les voy a resumir nuestro paseo en términos de lo que comimos.

ALMUERZO

Primero, justo después de clases, caminamos mucho, pero en verdad MUCHO. Necesitábamos comida con urgencia para recargar todas las energías que habíamos gastado. Caminamos por el Barrio Italia, pasamos por Providencia, cruzamos el Mapocho y seguimos caminando como si no hubiese un mañana. Luego de recorrer infructuosamente varios lugares buscando dónde comer, decidimos dirigirnos directamente al Patio Bellavista (puedes revisar la página del Patio Bellavista y los locales que hay aquí) a buscar algo qué comer (básicamente porque estábamos cerca y ya no queríamos seguir buscando). En este lugar teníamos varias opciones para elegir, y luego de darnos un par de vueltas, decidimos quedarnos en un lugar que nos tincó enseguida cuando entramos. Se llama The Pizza Factory y su especialidad son las pizzas a la piedra (esa masa delgadita); tienen varias cositas más, y si te tinca revisar, este es el link con el menú y los detalles.
La cosa es que nos quedamos ahí, y valió mucho la pena. Si bien el Patio Bellavista no se caracteriza por ser lo más barato del mundo (nuestras billeteras sufriendo un poco hoy), las pizzas sí valían la pena (algo así como entre $5.000 y $6.000 por pizza). La masa maravillosa, los ingredientes exquisitos y el lugar es muy lindo y acogedor (si bien al principio moríamos de frío, amablemente nos ofrecieron poner la calefacción y todo se solucionó). Los meseros nos atendieron muy bien y estuvimos ahí muuucho tiempo haciendo sobremesa después sin ningún problema.
Así que aquí les muestro nuestra selección de pizzas, que definitivamente nos dejaron conformes. Yo elegí la pizza Caprese, que muestro a continuación, que lleva prosciutto (una forma fancy de decir jamón pero del real jamón, no embutido), rúcula, tomates y albahaca. Qué maravilla más grande.
Cathy pidió una Mediterránea, que lleva mix de pimientos asados, fondos de alcachofas, aceitunas y berenjenas grillé. Amazing.
Y finalmente la Pauli que es rudísima y toma los riesgos en este grupo (principalmente cuando hablamos de comida jaja) pidió una Hawaiana, que como se imaginarán lleva piñas doradas al horno con jamón cocido.

POSTRE

Luego de dejarlos con el peor antojo de pizza del mundo, decidimos finalmente movernos de ahí y seguir caminando. La siguiente parada fue el Barrio Lastarria y, aunque estábamos claramente satisfechas del almuerzo, teníamos antojo de algo dulce. Así que no tuvimos mejor que idea que dirigirnos a la sucursal del mítico Emporio de la Rosa que hay allí y comprar helado para saciar nuestros pequeños y antojadizos corazones. Porque estamos locas y comemos helado en un parquecito cuando hubo diluvio todo el fin de semana y con aproximadamente 10°C en el momento. Y es que el Emporio nunca falla (puedes revisar su página web aquí), y nos dejó felices como perdices. Chocolate Araucano (como la Pauli jajaja), Manjar Blanco y Mix de Mango (los helados van desde $1.550). No tengo suficientes palabras en mi vocabulario para definir lo maravilloso de esos helados. Aunque puede que mi juicio no sea del todo objetivo, porque me encanta el helado y la mayoría de los helados artesanales me parecen maravillosos. Como sea, si no lo ha probado aún, que no le cuenten, vaya a probar uno usted mismo a cualquiera de las sucursales de la señora Rosa (que aparentemente nunca se llamó Rosa, sino Elena).
Luego de esto fuimos hasta la Plaza de Armas y recorrimos algunas iglesias importantes, pero en este punto ya no comimos nada porque estábamos satisfechas y pobres (no la mejor combinación, pero era lo suficientemente buena para nosotras). Así que fue sólo recorrer y no comida, y como dije que este post iba a estar consagrado a lo que comimos, les contaremos qué vimos ahí en otra oportunidad.
Cabe decir que siempre la comida es sólo un plus de buena compañía y lindos lugares. Si bien somos unas gordas lechonas y sí nos comemos todos los postres, lo bonito es estar conociendo esta ciudad enorme en la que hemos vivido tanto tiempo, pero que no nos habíamos dado tiempo de conocer realmente. Así que, si tiene tiempo, salga a pasear, y si se puede dar el gusto, pruebe estos lugares que le recomendamos hoy, ya que le aseguramos que no le defraudarán.



Disclaimer: Nada de esto está auspiciado. Si nos quieren auspiciar, no nos enojamos (wink wink).


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